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En el orden que aparecen: Marco Quesada Aguilar,Luis Diego Jiménez Campos, Jennifer Bermúdez Guillén y Alexis Granados Brenes, funcionarios (as) cesados arbitrariamente el año pasado. |
La Universidad de Costa Rica es una institución ejemplar que ha realizado grandes contribuciones a la sociedad costarricense e incluso allende las fronteras. En el ámbito nacional es una de las instituciones mejor calificadas y a nivel internacional destaca como una de las mejores universidades de América Latina.
Sin embargo a lo interno subsiste el incumplimiento de muchos derechos que se traducen en desigualdades e injusticias en varios ámbitos, uno de ellos tiene que ver con el régimen laboral, el cual en muchos casos no cumple ni siquiera con la legislación vigente para todas las personas trabajadoras del país.
Según manifestaron oficialmente las autoridades universitarias la UCR, el año pasado la Institución contaba con 9969 personas funcionarias (VER FUENTE), de las cuales, a junio de ese año, 3748 eran personas funcionarias administrativas (VER FUENTE). Por tanto, aproximadamente 6221 eran personas docentes.
Si se toma en cuenta que para las elecciones de la comunidad administrativa, según el Tribunal Electoral Universitario (TEU), el padrón provisional consta de aproximadamente de 3000 personas funcionarias (VER FUENTE) (las personas interinas no pueden votar), eso significa que cerca del 25% de ellas no tiene nombramiento en propiedad.
Hay que aclarar que dentro de este porcentaje hay muchas personas solo tienen una parte de su jornada laboral en propiedad, muchos de ellos y ellas tienen la mayor parte de su jornada en condición de interinazgo.
Ahora bien, si nos vamos a la parte docente, estos datos, aunque son más complejos de analizar por los diferentes tipos de jornadas, ciertamente son mucho mayores.
Según el padrón provisional publicado recientemente por el TEU para las elecciones a la Rectoría, para las próximas elecciones pueden votar 2311 personas (solo pueden votar docentes en propiedad) (VER FUENTE).
Este dato incluye a personas de colegios profesionales externas a la Institución, por lo que habría que restarle al menos unas 55 personas, lo que deja la cifra en 2256 (36%).
Esto significa que 3965 (64%) personas docentes están en condición de interinazgo y por tanto no pueden votar para elegir a la persona rectora de la UCR.
Estos son datos retratan a grosso modo la realidad laboral de la UCR desde el punto de vista numérico, pero detrás de ellos, hay todo un drama humano que ha sido denunciado por las organizaciones de personas interinas, sin que hasta ahora se haya hecho mayor cosa.
El interinazgo debería ser una condición especial y excepcional, no puede ni debe ser la normalidad porque se presta para violentar los derechos laborales, la calidad de vida y la dignidad humana de las personas trabajadoras.
Hace pocos meses el Consejo Universitario publicó las "Políticas Institucionales 2021-2025". En cuyo Eje VI. Talento humano, se refiere someramente a la disminución del interinazgo institucional. Aunque lo consideramos insuficiente, parte de nuestro compromiso es luchar para que estas políticas se cumplan.
Curiosamente estas políticas no mencionan siquiera el interinazgo administrativo. Es decir que no existe una política institucional para solventar el problema del interinazgo en el sector administrativo. Habría entonces que promover la creación de esa política.
Dedicatoria de postulación
Conforme a los datos analizados en el apartado anterior, el interinazgo es por mucho el principal problema que enfrentan las personas trabajadoras de la Universidad de Costa Rica, pues afecta aproximadamente al 47% de las personas trabajadoras, cerca de la mitad de la población laboral de la Institución.
Aunque estas personas no tienen derecho al voto, y tomando en cuenta que nuestra representación también es institucional, nuestra candidatura ha planteado este como uno de los ejes prioritarios de nuestra gestión en el Consejo Universitario 2021-2025, para ello contaremos con la colaboración de un grupo de trabajo específicamente en esta materia.
Atendiendo la importancia que tiene el interinazgo y las implicaciones personales, familiares y sociales que provoca, como un gesto de voluntad política, hemos decidido dedicar nuestra postulación al Consejo Universitario a cuatro compañeros (as) interinos (as)
Se trata de Luis Diego Jiménez Campos, Jennifer Bermúdez Guillén, Alexis Granados Brenes y Marco Antonio Quesada Aguilar. Ellos constituyen un verdadero monumento a la injusticia, la arbitrariedad y el abuso de poder que ocurre en la UCR con las personas trabajadoras interinas.
Los tres primeros enfrentaron hostigamiento laboral durante mucho tiempo, al igual que otros compañeros (as) de la Facultad de Educación. El año pasado cuando ya no soportaron más y se atrevieron a denunciarlo, fueron “cesados” o mejor dicho, súbitamente sus plazas salieron a concurso y no se les nombró sin justificación alguna.
Esto dio inicio a un proceso legal que aún no termina y que ha ocasionado graves consecuencias para ellos, pues al perder su única fuente de ingresos no pudieron cubrir sus necesidades básicas y enfrentan graves problemas en todos los ámbitos de sus vidas.
En el caso del compañero Marco Antonio Quesada Aguilar, después de fungir como profesor interino licenciado durante 29 años, la Institución prescindió de sus servicios sin ninguna explicación, afectándolo gravemente desde el punto de vista económico, familiar y psicológico.
Las situaciones que aún hoy están enfrentando estos compañeros y compañeras interinos es inhumana y sus consecuencias se prolongarán en el tiempo, a menos que la Institución les reconozca sus derechos como corresponde
Sin embargo, ellos (as) representan solo un pequeño ejemplo, son por así decirlo la punta del témpano, hay muchos y muchas compañeras universitarios (as), ya sean interinos administrativos o docentes, que han vivido y viven situaciones similares o peores que las descritas.
Aunque estas situaciones también las enfrentan algunas personas nombradas en propiedad. De hecho el hostigamiento laboral y sexual en la UCR es un cáncer que debemos extirpar.
Demandas de las personas interinas
Las personas interinas de la UCR enfrentan numerosas dificultades y una y otra vez han planteado a las autoridades acabar con este flagelo. La última gestión la realizaron ante el Dr. Carlos Araya Leandro, “rector transitorio” de la UCR, el 31 de agosto del 2020.
En primer lugar las personas interinas exigen estabilidad laboral, pues su condición de interinazgo provoca un estado constante de alerta, emergencia e inseguridad que es inhumano y afecta su calidad de vida.
Es imperativo respetar las garantías y derechos de las personas interinas administrativas establecidas en la normativa institucional y la Convención Colectiva de Trabajo.
También demandan derechos políticos, pues las personas interinas, tanto administrativas como docentes, no pueden votar en las instancias decisorias, lo cual impide que sus derechos y necesidades sean consideradas y atendidas por la Institución.
Por ello hemos planteado como parte de nuestra propuesta, la necesidad de realizar una reforma legal que permita el ejercicio de este derecho.
Las personas interinas también exigen un límite al tiempo en condición de interinazgo. Es inconcebible que se hayan dado casos de personas trabajadoras que se han jubilado en condición de interinazgo; es decir personas que han sufrido de la inestabilidad y la precariedad laboral dentro de la UCR durante más de 30 años.
En el caso de las personas docentes interinas, es necesario detener los despidos, cese de nombramientos y/o reducción de jornadas, como ocurrió en el caso de Marco Quesada y de muchas otras personas a las que simplemente no se les vuelve a nombrar por razones injustificadas, o porque se le otorga el puesto a alguna otra persona más afín a los intereses de quien nombra.
Exigen además una mayor transparencia sobre la relación de puestos de cada unidad y cuales plazas de presupuesto propio están vacantes; así como la publicación de los alcances concretos de los planes de des interinización que deben cumplir las unidades académicas.
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